23 de julio de 2008

Pesca Profunda: Una Adiccion Riesgosa



La pesca submarina profunda, siempre ha sido uno de los grandes anhelos de muchos apneistas. Debido a que en las profundidades se encuentran aquellos peces que jamás han visto al hombre, o aquellos peces que llegan a crecer la L (longitud) máxima de su especie, llegando en algunos casos a sobrepasar ese límite.






Sea donde sea, siempre vamos a encontrar estos peces, en Chile muchos de estos especímenes que encontramos a bastante profundidad suelen ser muy codiciados. Ejemplo de éstos, son la vieja, peje perro, congrio, apañado, etc.
En gran parte de América Latina y de Europa también hay varios peces atrayentes para los pesca sub, siendo el más renombrado el Mero.







Siempre hemos escuchado de personajes famosos por pescar hondo y de sacar grandes piezas, pero fuera de eso, lo que realmente importa y de lo que voy a tratar en éste artículo es, ¿Cómo lo hacen?


No quiero sonar trágico, pero muchos apneistas pierden la vida al intentar pescar profundo sin conocimientos previos, ya que a medida que descendemos, más riesgos tenemos de sufrir un black out (desmayo) de vuelta. Y esto les sucede por la sencilla razón de la falta de información y falta de criterio, creen que pueden bajar con la misma cantidad de plomos con lo que pescan en la orilla y que la preparación de la apnea es similar a la de cuando estamos en la orilla, que de por cierto es un grave error.
Cuando pescamos en la orilla, necesitamos ir muy plomados, para poder mantenernos en el fondo sin que la flotabilidad del traje nos eleve y perdamos el elemento sorpresa. Además la respiración es distinta, puesto a que como estamos a baja profundidad, no necesitamos preparar una apnea por mucho tiempo entre bajada y bajada, lo cual nos aumenta la recuperación, que es fundamental para hacer una pesca rápida.





En cambio cuando nosotros nos sumergimos a más de 20-25 metros de profundidad, obligadamente tenemos que repasar nuestro equipo y nuestra manera de preparar la apnea, cambiando las respiraciones cortas y seguidas de una apnea en orilla, por respiraciones largas, pausadas y no forzadas, para lograr así concentrarnos mentalmente, bajar el biorritmo del cuerpo, y por su puesto las pulsaciones cardiacas, factor fundamental que determinará la cantidad de O2 que vamos a necesitar.
En relación al equipo, tenemos que tener en cuenta que las aletas juegan un rol fundamental, y que unas aletas termoplásticas duras, aletas de fibra de carbono, de fibra de vidrio compuesta, nos van a otorgar la ayuda necesaria para lograr el descenso deseado sin correr mayores riesgos. Y esto se debe a que las aletas blandas y de fibra low (baja dureza) al ser sometidas a presiones muy altas, sufren también y se “ablandan” por decirlo de alguna manera, y como nos hacemos cada ves más pesados a medida que descendemos, llega un momento el cual las aletas ya no nos sirven de gran ayuda y despegar del lecho marino toma un esfuerzo muy grande y con gran gasto de O2 lo cual nos va a perjudicar directamente cuando lleguemos a la zona de peligro a partir de los 7-8 metros antes de la superficie, donde los gases se descomprimen y el nivel de O2 baja, provocando un black out, lo cual es la respuesta del organismo ante la insuficiencia de éste, sufriendo un desmayo porque no hay el O2 necesario para mantener a la persona conciente. Y si al cabo de un par de segundos, minutos no se despierta al individuo, empieza a haber muerte cerebral, lo cual puede terminar en la muerte definitiva del sujeto.
Hay que tener muy claro esto entonces a la hora de decidir ir a pescar a una zona profunda.
Ahora bien, hay otro factor que nos ayudará mucho para poder realizar una pesca agradable y sin mayores riesgos. Éste factor son los plomos.
Se supone que a medida que descendemos más necesitamos de menos plomos, debido a que nosotros entre 0 y 5 metros poseemos boyantes positiva, lo cual significa que entre esas profundidades flotamos y subimos a la superficie, de entre 5 y 7 metros poseemos boyantes neutra, lo cual significa que nos mantendremos suspendidos en la columna de agua sin bajar ni subir y finalmente luego de los 7 metros vamos a tener boyantes negativa la cual nos va a hacer descender por la presión.





Por lo tanto, es cierto que entre más plomos poseamos, más rápido vamos a bajar pero también es cierto que más nos va a costar subir. Entonces, ¿cómo remediar ésta situación?
Y para eso en el mercado existen varias soluciones, de las cuales la más utilizada es el péndulo.
El péndulo es un plomo modificado el cual lo podemos atar a nuestra boya, puede pesar entre 2 y 4 kilogramos idealmente, y al momento de llegar al fondo marino lo dejamos en éste y nosotros nos dedicamos a realizar la pesca, para luego subir sin ese peso extra, alivianándonos el regreso y dándonos un gasto de O2 menor, lo cual nos asegurará que el O2 no disminuya en niveles nocivos para nuestra salud. Una vez arriba, se recoge el péndulo, gracias al cabo (cordel) con el que lo atamos a nuestra boya, y nos preparamos para la siguiente inmersión.

Entonces, resumiendo, para poder pescar a altas profundidades, necesitaremos de una buena preparación física y de apnea, buenas aletas y de un péndulo idealmente. Pero también existen otros factores que influyen en la pesca profunda, los cuales son entre otros; la visibilidad habitual de la zona, la velocidad de las corrientes predominantes, temperatura del agua y, especialmente, las características orográficas (referido al relieve) del fondo.
La visibilidad habitual de la zona, es un factor determinante, puesto a que incide directamente en nuestra psiquis, me explico. No es lo mismo pescar en zonas muy claras a zonas turbias, puesto a que en las zonas claras, vemos el fondo y lo que hay a nuestro alrededor, tranquilizándonos y dándonos una concentración mayor. En cambio al bucear con aguas turbias, nos perturbamos mentalmente, nos da ansias y aumenta el ritmo cardiaco, debido a que no sabemos con lo que nos podemos encontrar o lo que nos puede encontrar.



En tanto a las corrientes predominantes, si el mar esta calmo, no gastaremos gran cantidad de O2 en descender y en subir, en cambio si hay mucha corriente, nos deberemos esforzar en mantener la posición y al descender al punto deseado, lo cual disminuye la profundidad habitual de pesca para nosotros, por el gasto de O2 que la corriente demanda.
Si nosotros bajamos inconcientemente cuando hay corriente a la misma profundidad que cuando el mar está calmo, lo más probable es que suframos de black out puesto que el gasto de O2 es mayor bajo esas condiciones.
La temperatura del agua es otro factor muy importante en la pesca profunda, debido a que si el agua es cálida, podremos dilatar muy bien nuestros pulmones y no nos tomará mucho tiempo preparar una apnea de otra. En cambio si el agua es helada, nuestras apneas serán cortas, debido a que las pulsaciones cardiacas se acelerarán para generar más calor en el organismo y comenzarán a ocurrir pequeños espasmos o tiritones debido a la respuesta involuntaria del cuerpo ante condiciones de frío. Además, en el océano ocurre que mientras más metros descendemos más fría será el agua, por lo tanto si tenemos un agua superficial de 12º, en un fondo de 25 metros fácilmente puede encontrarse a 7º o 6º y a veces más baja incluso.


Y finalmente las características orográficas son importantes debido a que no es lo mismo pescar en una barra rocosa con amplias cuevas horizontales, que hacerlo en un lugar de acumulación de rocas desprendidas que forman un verdadero laberinto en el que pueden refugiarse gran númerode peces con una impunidad casi absoluta.


Los movimientos en la primera zona van a ser menores, en cambio en la segunda para poder revisar las cuevas por ejemplo van a ser mayores y por lo mismo el gasto de O2 aumenta.
Según el Libro Blanco de la Pesca Submarina de la CMAS 1983, “podríamos establecer una escala de efectividad de la pesca submarina según las profundidades, considerando que sobre un fondo de 10 metros puede ser de un 60%, a 15 metros de un 50%, a 20 metros de un 30%, a 25 metros un 20% y a 30 metros de un 10%. Naturalmente estas son cifras muy generalizadas, pues en la pesca submarina intervienen muchos factores, como pueden ser la visibilidad habitual de la zona, la velocidad de las corrientes predominantes y, especialmente, las características orográficas del fondo”.
Respaldando entonces, lo antes mencionado en el artículo.


Por otro lado miembros de http://www.mareaviva.net/ exponen “que hacer apnea en profundidad es diferente que sumergirse en pocos metros de agua, dado que cuando la presión se hace relevante intervienen algunos factores que modifican la fisiología del organismo humano. En efecto, cuando un submarinista se somete en apnea a una presión elevada (sinónimo de elevada profundidad) su tórax disminuye de volumen porque los pulmones están llenos en su mayor parte de aire, el cual, por su naturaleza de gas, es comprimible. Por ello, al disminuir el volumen, aumenta la presión del aire dentro de los pulmones y por tanto la presión parcial del oxígeno contenido en el aire.
Esto significa (según la ley de Henry) que puede pasar a la sangre una cantidad mayor de oxígeno y durante más tiempo respecto a la que pasaría estando en la superficie. Así pues, la duración de la apnea en profundidad aumenta por una mayor disponibilidad de oxígeno utilizable. Sin embargo, hemos de rendir cuentas al subir a la superficie, cuando el tórax recupera el volumen original. En efecto, al aumentar el volumen pulmonar se produce una súbita caída de la presión del aire y por tanto de la presión parcial del oxígeno que hay en los pulmones. Ello hace que se pueda descender repentinamente por debajo del límite mínimo de oxígeno necesario para el funcionamiento regular del cuerpo humano. Se produce así el black out, en el momento en que el apneista se está acercando a la superficie para emerger.
Además por ningún motivo, se debe de liberar aire mientras ascendemos puesto que esto disminuye la cantidad de 02 en nuestro organismo”.
Según mi experiencia, puedo comentar que soy un adicto a las profundidades, mi profundidad promedio es de 20 metros normalmente en invierno y 25 metros en verano, ese cambio se debe a las temperaturas del agua.
Mi máxima inmersión la realicé en un poblado al norte de Chile, cerca de Flamenco 3era Región, logrando revisar una cueva a 34 metros de profundidad.
Cuando buceo profundo, bajo la cantidad de plomos, y no uso péndulo, ya que el uso de péndulo demora mucho el buceo. Esa es otra alternativa.
Normalmente ocupo 8 plomos y al bucear profundo me quedo con 5, para sumergirme los primeros metros no necesito de tanto gasto de O2 debido a que cuento con aletas especiales para pesca profunda y haciendo una buena carpa (movimiento el cual permite sumergirse en el agua) llego fácilmente a la zona de boyantes negativa, siguiendo con un aleteo suave pero continuo hasta casi llegar al sustrato. La cual se convierte en otra forma de realizar esta pesca, obteniendo buenos resultados.
En tanto a la apnea, tengo un pequeño secreto, preparo la apnea para usarla en un 100%, pero no lo hago, trato siempre de ocupar como máximo un 80% de mi apnea total, cosa que si me llegase a pasar cualquier contratiempo aun tengo un 20% para llegar a la superficie sin riesgos de sufrir un Black Out.
Y esto lo hago porque si uno siempre funciona con sus maximales, estaremos más propensos a sufrir de Black Out ante cualquier emergencia.

Es importantísimo y obligatorio realizar el buceo en compañía de otro colega, más aún si se practica el buceo en profundidad, puesto que esa persona es quien nos va a socorrer si nos pasa algo, alejarse del compañero marcará la diferencia entre la vida y la muerte.

En tanto a las reacciones bajo el agua, debemos tratar de reaccionar lo mejor posible ante cualquier tipo de contratiempo, susto, ansia, etc. Puesto que si nos desesperamos y nos descontrolamos, lo más probable es que no lleguemos a la superficie.

“Para mí, la concentración es algo fundamental dentro del buceo, puesto que me permite conectarme con el medio y me ayuda a armonizar con éste”.


Esperando haber colaborado a fomentar este deporte.


Javier Huichalaf R.
Buzo Deportivo Apnea, Quinta Región.

Agradecimiento especial a las personas que colaboraron con la creación del artículo.

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